Conclusión al trabajo de campo sobre homosexualidad adolescente.

Tomando en cuenta las 25 encuestas realizadas, los resultados nos demuestras que, actualmente, lo jóvenes tienen una mirada positiva sobre la homosexualidad adolescente. La mayoría de ellos tienen conocimiento sobre el tema, es decir, no les es ajeno. Evidentemente, la homosexualidad es un tema presente en sus vidas. Consideran que se trata de una elección, tienen amigos homosexuales y los aceptan, creen que descubrir la propia sexualidad (la homosexualidad) es algo positivo, y respetan esta decisión. Sin embargo, también notan que este tema continúa rechazándose en la sociedad, más allá de que es más visible que anteriormente. Están de acuerdo con la presencia de escenas entre homosexuales en televisión, sin embargo, en su mayoría, estos jóvenes no pertenecen al ámbito. No sienten nada al ver una pareja homosexual, y no consideran que sea una moda. De este modo, la hipótesis propuesta anteriormente podría ser confirmada y se podría afirmar que la homosexualidad adolescente es más aceptada, entre pares, que en años anteriores.

Sin embargo, mi opinión personal sobre este tema y sobre los resultados obtenidos es que más allá de que las respuestas demuestren que los jóvenes aceptan la homosexualidad y lo toman como algo natural y que existe, esto no se lleva a la práctica. En muchos casos existe esa “aceptación teórica”, siempre con el discurso de que se respeta al otro y se lo acepta como es. Pero eso no pasa del discurso, ya que en muchos casos encontramos chicos y chicas que son discriminados en escuelas, en la calle, etcétera. Es como si hoy en día estuviera de moda aceptar la homosexualidad; queda bien decir que uno respeta a los homosexuales, es lo que hoy es políticamente correcto. Sin embargo, es una actitud hipócrita y en el fondo se sigue condenando al homosexual. Siempre se considera a la persona gay como distinto, como el otro, al que hay que aceptar y tratar como el resto. Sin embargo, el homosexual no considera lo mismo del heterosexual, no tiene que aceptar nada. Y justamente de eso se trata la discriminación del otro, del intentar incorporarlo como uno más cuando no hay nada que aceptar, porque la diferencia no pasa por la sexualidad.